El racionalismo

Racionalismo: Descartes, Spinoza,Leibniz 

 

 El racionalismo es una corriente de pensamiento que considera que la razón se basta para el conocimiento, es decir, es auto suficiente. Huye, por tanto, de toda creencia infundada o superstición, reconociendo como única evidencia la aportada por la luz de la razón y minusvalorando la proveniente de los sentidos. En general podemos decir que el Racionalismo es una corriente filosófica del siglo XVII (aunque no hayan faltado pensadores que han otorgado gran importancia a la razón a lo largo de toda la historia de la filosofía) a la que pertenecen René Descartes (Francia, 1596-1650), Nicolás Malebranche (Francia, 1638-1715), Baruch Spinoza (Holanda, 1632-1677) y G. Wilhelm Leibniz (Alemania, 1646-1716). Se suele contraponer el racionalismo a otro movimiento aparecido casi paralelamente en Inglaterra, el empirismo.

En el campo de la política, el siglo XVII también se caracteriza por su inestabilidad. Abundan las revueltas y las guerras. La monarquía absoluta parece el mejor remedio para garantizar la paz y la seguridad en esa situación. En Francia, patria de Descartes, se registran conflictos  campesinos debido a los impuestos y al hambre. Existen muchos antagonismos entre nobles y burgueses, señores y campesinos. La Alemania de Leibniz también sufre una gran crisis de Estado. Después de la Guerra de los Treinta Años aparece como un país dividido en múltiples territorios. En Holanda, tierra de Spinoza, menos aquejada por la crisis, existe un ambiente de más tolerancia y libertad.
            En el ámbito religioso, destaca la Contrarreforma, movimiento religioso surgido dentro de la Iglesia católica para luchar contra la Reforma realizada por los protestantes el siglo anterior. Por otra parte, la teología ya no es capaz de unificar los conocimientos: la Biblia deja de ser una enciclopedia de las ciencias y los teólogos van perdiendo influencia. Hará época la frase de Alberico Gentile: “que callen los teólogos en lo que no es de su competencia”.Aún así, no podemos olvidar la importancia en este momento de la Inquisición. En el campo de la política, el siglo XVII también se caracteriza por su inestabilidad. Abundan las revueltas y las guerras. La monarquía absoluta parece el mejor remedio para garantizar la paz y la seguridad en esa situación. En Francia, patria de Descartes, se registran conflictos campesinos debido a los impuestos y al hambre. Existen muchos antagonismos entre nobles y burgueses, señores y campesinos. La Alemania de Leibniz también sufre una gran crisis de Estado. Después de la Guerra de los Treinta Años aparece como un país dividido en múltiples territorios. En Holanda, tierra de Spinoza, menos aquejada por la crisis, existe un ambiente de más tolerancia y libertad. En el ámbito religioso, destaca la Contrarreforma, movimiento religioso surgido dentro de la Iglesia católica para luchar contra la Reforma realizada por los protestantes el siglo anterior. Por otra parte, la teología ya no es capaz de unificar los conocimientos: la Biblia deja de ser una enciclopedia de las ciencias y los teólogos van perdiendo influencia. Hará época la frase de Alberico Gentile: “que callen los teólogos en lo que no es de su competencia”.Aún así, no podemos olvidar la importancia en este momento de la Inquisición.

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